Jose
Rafael Sosa
La versión
dominicana de La Traviata ópera de Guiseppe Verdi , es la
quinta vez que se monta en el país, es el más importante
acontecimiento lírico de este 2019, dada la suma exquisita de sus de
sus talentos artísticos y técnicos y el enorme y el bien cumplido desafío de su montaje al tenor del Santo Domingo de 1950.
Deben
existir pocas palabras con suficiente fuerza expresiva para dar gracias a
Fidel López, por la certeza
de su proyecto y por su trabajo de provocar todo el trabajo y el afán de meses,
para lograr La Traviata en un nivel de excelencia, tal cual ha sido.
Con esta
quinta versión de La Traviata, la más
dominicana de todas las producidas hasta el momento por su
ambientación, ratifica el valor de nuestros talentos , 95% es dominicano),
expone al público una selección de intérpretes,
un afinadísimo coro de 100 voces y 70 instrumentistas de
la Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Jose Antonio Molina, todo
sustentado por un largo ejército de técnicos y asistentes que no salen al
entablado pero cuya labor resulta imprescindible para que la experiencia del
público, resultara inolvidable.
La
Traviata no puede ser catalogada a partir de esta representación como un
montaje operático más debido comporta un mensaje: los dominicanos somos capaces
de altas y nobles tareas de trascendencia y que el país puede igualarse a
cualquier nación desarrollada, cuando llaman al desafío de producción y montaje
de una gran obra clásica en las banderas del canto en su expresión más alta.
La
soprano Nathalie Pena Comas hace con una magia especial los tránsitos vocales
(coloraturra, lírica y finalmente dramática cuando es vencida por la
enfermedad).
Cuanto
discurre desde escena y en cada uno de sus tres actos tiene un estilo
internacional, por el cuidado y esmero que denotan las interpretaciones, el
vestuario y a música en vivo.
Resalta
la consistencia y verosimilitud tanto de la escenografía como el vestuario a
cargo de Leonel Lirio, que le supuso una reconstrucción fiel de la
época la mejor lograda de cuanto
hemos visto al reconstruir con un apuntado profesionalismo en diseño la atmósfera
vestuarista del Santo Domingo de clase alta de los años cincuenta.
Magnifica
la producción general de Fidel López, quien vuelve a demostrar su ímpetu
emprendedor visionario y el vestuario
Otilio
Castro es una de las jóvenes voces tenores que causa un impacto de renovación.
La firmeza de su voz se une a un manejo de sus colores vocales que lo trasladan
a un sitial promisorio en nuestro canto lírico.
Lo que
logra Carlos Veitía en coreografía es como para inclinarse reverente y la
dirección escénica a cargo de Eduardo Villanueva completa un equipo equilibrado
y sobrado de capacidades.
Presentada
por Ópera RD, permite sentir y disfrutar a María Karatsava, Nathalie
Pena-Comas, David Astorga, Pedro Carrillo, Glemmer Pérez, Pura Tyson, Sibelle
Marquéz, Sayli Pérez, Eduardo Mejía, Kenny Gómez, con la dirección de voces de
la maestra Paola González.
Ficha Técnica:
LA
TRAVIATA
Dirección
artística y musical
José
Antonio Molina
Producción
general y Escenografía
Fidel
López
Dirección
escénica
Eduardo
Villanueva
Dirección
coral
Elionai
Medina
Dirección
Vocal solistas locales
Paola González
Coreografía
Carlos
Veitía
Vestuario
Leonel
Lirio
Iluminación
Bienvenido
Miranda
PIE DE
FOTO
La
Traviata llega a escena en el Teatro Nacional por quinta vez y con un matiz
escenográfico e interpretativo de primer nivel
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