El poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal calificó al escritor y
humanista dominicano Pedro Henríquez Ureña como un profeta de la Teología de la
Liberación, pues pronosticó que el eje espiritual antes situado en Europa,
pasaría a este lado del Atlántico, como lo demuestra la elección de un papa
latinoamericano que está revolucionando no solo al Vaticano, sino también al
mundo.
Así lo expresó el poeta revolucionario en una conferencia magistral
pronunciada tras recibir el Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña,
entregado a él y al escritor uruguayo Eduardo Galeano, en el acto de
inauguración de la XVII Feria Internacional del Libro de Santo Domingo,
efectuado en el Teatro Nacional.
Con su diminuta figura, inversamente proporcional a la grandeza de su obra
y a sus contundentes argumentos, el sacerdote poeta cautivó al público con un
discurso vibrante, en el que abordó una gran diversidad de temas, como la
Teología de la liberación, el estilo y los retos del papa Francisco, la obra de
Henríquez Ureña y el pluralismo religioso.
Desbordó admiración por Henríquez Ureña, del que dijo que aunque no conoció
la Teología de la Liberación, le hubiera complacido mucho. “Le habría
interesado la originalidad de nuestra América y su independencia cultural de
Europa. Por primera vez en Latinoamérica se producía algo que no venía de
afuera, sino que salía e influía a otras regiones como Europa, Asia, África y
Oceanía”.
Cardenal expuso que la era moderna ha originado una nueva teología en
América Latina, que es el pluralismo religioso, de la que dijo es también de
liberación y parte del hecho de que todos los pobres tienen una religión,
aunque esta no ha hecho que ellos se unan, sino lo contrario.
Arrancó risas del público al afirmar: “Nuestra América es una tierra sin
nombre. El que tienen se lo inventaron en Europa, es solo el de un cartógrafo y
no el de de quien la descubrió. Colón nunca supo del nuevo mundo, para él, Cuba
era China y Haití, Japón, y su obra era haber descubierto un pasaje a Las
Indias sin que hubiera un nombre que dar”.
Cardenal, quien había dicho al principio de su conferencia que el Premio
Internacional Pedro Henríquez Ureña era “muy honroso y no muy merecido”,
concluyó con la declamación de su poema Pasajero de Tránsito en Santo Domingo,
que compuso en una ocasión cuando vino a participar en una cumbre de ministros
de Cultura, cargo que para la época desempañaba, para el gobierno de Nicaragua.
El poeta nicaragüense es uno de los principales escritores extranjeros que
participan en la XVII Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, de un
total de 70.
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