Esta imponente propuesta, inspirada en el romanticismo y la elegancia de épocas pasadas, irradia luz, pasión, sensualidad, inteligencia, sabiduría y espiritualidad es definida por su diseñadora como un proceso creativo de la propia madre Naturaleza, pues en esta época del año se produce una transformación energética del colorido de las hojas de los árboles.

La colección está elaborada con una sofisticada selección de texturas como el charol, sharmous de seda, shantun, holganza, sedas, complementada con cristales Swarovski y lentejuelas, acompañadas de accesorios artesanales pieles de Tejamaní, creados por la diseñadora como cinturones y carteras de la línea Marysun.
Los colores escogidos por Marisol Henríquez para darle esa belleza y ese toque mágico al otoño son el verde (frontera de estación), dorado (entrega de la Madre Tierra), el plateado y bronce (colores de transición), gris (reflexión) y el negro (fin de estación y llegada del invierno), entre otros.
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