Por José Armando Toribio
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Santiago de los Caballeros-En toda organización gremial, es natural que existan diferentes afinidades entre sus miembros. Algunos simpatizan más con ciertos compañeros, otros con propuestas distintas, esta diversidad no debe confundirse con exclusión ni con favoritismos.
Un gremio no lo dirige un grupito: lo dirige la voluntad colectiva, expresada en elecciones y sostenida por la participación activa de todos.
Cuando una nueva gestión asume, inicia un periodo de trabajo con metas claras, esa labor son las actividades de formación, socialización, integración y defensa de los intereses comunes. Sin embargo, muchas veces estas acciones son ignoradas por algunos miembros que, al no asistir o no involucrarse, optan por criticar desde la distancia y percibir cómo “grupito” lo que en realidad es un espacio abierto a todos.
Aquí es importante hacer una reflexión: si no asistes, si no te involucras, si no das seguimiento a lo que se está haciendo, no puedes esperar sentirte representado. Porque la representación no solo se recibe, también se construye con la participación.
Las convocatorias a actividades gremiales se hacen de manera pública y transparente: se anuncian por redes sociales, se envían por correo electrónico, se comunican mediante llamadas y mensajes. Si a pesar de esto decides no participar, el problema no radica en la gestión, sino en tu propio desapego.
Muchos gremios, lamentablemente, no reciben el respaldo que merecen. Y cuando logran reunir apoyo, surgen voces que acusan de sectarismo o exclusión, como si el simple hecho de que algunos asistan y otros no fuera prueba de parcialidad. No se trata de invitar a unos sí y a otros no, sino de que hay quienes responden a la invitación y otros que eligen ignorar.
La vida gremial es un ejercicio de corresponsabilidad. Quien se aleja, quien no apoya, quien no se interesa, pierde autoridad moral para juzgar. No hay grupitos cerrados cuando se invita con antelación, con apertura y con la intención de fortalecer el colectivo.
Por eso, antes de criticar, participa. Antes de asumir que no eres parte, pregúntate si realmente has estado. Porque un gremio se construye con todos, pero no se detiene por los que no quieren estar.
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