Ana Mirtha Vargas |
El
inicio de año de nuestro calendario no está basado en ningún evento astronómico
en particular como otros calendarios, por ejemplo, el Año Nuevo Chino, que
comienza el 29 de enero, la primera luna nueva después del solsticio de
invierno, no obstante, los numerólogos utilizan la energía que proviene del
número que se extrae del año para proveer una mirada acerca del mismo.
De
la suma de los dígitos de 2025 emana el número 9. Asimismo, cada persona tiene
su número en particular, para lo que tendría que sumar el número de meses, día
y año y llevarlo a un solo dígito, lo cual marcaría la energía que trae su
fecha en particular.
El
número 9 sugiere un año marcado como de despertar, de consciencia, encarna el
amor universal y refleja la divinidad en las acciones humanas.
Se
activa esta conexión espiritual y pueden experimentar un crecimiento personal
significativo, es un año de dar y servir a los demás. El 9 es relacionado con
Neptuno, lo que potencia su asociación con la intuición y el idealismo, la
creatividad y la expresión artística.
Representa
un cierre de un ciclo. El número 9 es conocido como el número del Avatar,
simbolizando la culminación de la acción más elevada y la superioridad
espiritual. Conecta con sabiduría, la compasión y la realización
personal.
Nos
impulsa a liberar lo que ya no nos sirve, para dar paso a nuevas oportunidades
y experiencias en nuestras vidas. Es un tiempo para reflexionar sobre nuestro
viaje personal, reconocer nuestros logros y aprender de las lecciones del
pasado. Este número nos invita a cerrar capítulos inconclusos o caducados.
Existen
algunas relaciones de este número en particular con nuestro cuerpo: el feto se
forma en siete meses y los últimos dos son de crecimiento. Asimismo, existen
siete orificios en nuestra cabeza, sumados a los dos del cuerpo resultan nueve.
Preparándonos para un Año Nuevo exitoso:
Muchas
personas se sienten motivadas al principio de un nuevo año, pero esa energía
puede desvanecerse rápidamente. Usualmente, se quedan en la página uno. La
clave para un Año Nuevo exitoso es la preparación y la intención consciente.
Aunque
no tenemos que esperar estas fechas para comenzar, cada momento es una
oportunidad en la que podemos elegir cambiar de ruta.
Cuando
procuramos acompañamiento terapéutico, su seguimiento nos provee de
herramientas para identificar y superar algunos factores que entorpecen nuestro
éxito, como la autocrítica, los miedos, la falta de confianza, la falta de
planeamiento correcto, entre otros.
Compartimos algunas recomendaciones para preparar
un 2025 fructífero del taller que ofrecemos en nuestra práctica privada:
Establece
Metas Claras: Soñar es el primer paso, pero para transformar esos sueños en
realidad, debemos establecer tiempo, al poner fecha a nuestras ideas, las
convertimos en objetivos tangibles que nos motivan a actuar.
Los
trabajos en grupo nos pueden proporcionar una energía y un apoyo adicionales.
Sin embargo, es importante recordar que cada individuo tiene sus propios dones,
requerimientos y limitaciones. Respetar y valorar estas diferencias nos
recuerda que la experiencia es individual, por lo que requiere acompañamiento
exclusivo.
Da
un paso cada día, aunque sea pequeño, hasta ese lugar que te acerque dónde
deseas estar en el futuro. Practica la Gratitud y la Reflexión: Dedica tiempo a
reflexionar sobre tus logros y agradece las lecciones aprendidas. La gratitud
puede aumentar nuestra satisfacción y motivación, impulsándonos hacia adelante.
En
conclusión, el 2025, como un año numerológicamente 9, nos ofrece la oportunidad
de cerrar ciclos y dar la bienvenida a nuevos comienzos. Cada día es una nueva
oportunidad para avanzar en nuestro viaje personal, y el 2025 promete ser un
año lleno de potencial y transformación.
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