Una
poderosa la carga emotiva que transmite Casi Normales, obviando el perfil
recreativo coreográfico del género para enfrentar creencias aberrantes sobre el
trastorno mental bipolar
José
Rafael Sosa
El
montaje de Casi Normales, desde su anuncio. era un atrevimiento. Ser artista autentico comporta de suyo, la
actitud del camino inacostumbrado y la postura de rebeldía.
El
proyecto exhibía esas condiciones de lo excepcional sobre todo, por el tema
conformado el riesgo de alejarse de las historias de amor, las fantasías
mitológicas, las facilistas y previsibles leyendas fílmicas de Disney ,
las épocas temporales alegres, de la
música vivaz y danzas cargadas de ritmo y sentido de artística
sincronización, para optar por poner en escena temas menos cómodos: el suicido,
el abuso de sustancias, la cultura suburbana y la ética y desactualización de la psiquiatría moderna
Casi normales fue un acontecimiento artístico que recibió
incluso el Premio Pulitzer de Teatro, lo que le abrió puertas a los teatros del
mundo.
Era
ese inusual el montaje no festivo, con un género que presupone música, canto y
baile, el tipo de reto que Camilo Then, tiene lugar solo cuando se encuentra con un productor con
garras para entrar en contravía.
El
impacto logrado por Casi normales, (“Next to normal) con libreto y composiciones de Brian Yorkey y
música original de Tom Kitt, representado en el país bajo la producción de
Camilo Then y la dirección de Joyce Roy, representa un giro novedoso, atrevido,
arriesgado y dotado de la fuerza de
talentos criollos que llenaron de emociones el ya entrañable espacio teatral
(Studio Theater) de Acrópolis Center.
Los
actuantes, y en especial Laura Leclerc (magnifica rompedora de esquemas
psicológicos y físicos), Alejando Espino (como el esposo de la familia) y los
muy jóvenes y extraordinarios Juan M. González, Annabelle Aquino (alucinante
por su actuación), Vladimir Rodríguez y Jean Luis Burgos, ofrecen al espectador
una paleta de actuaciones inolvidables, que torna ridícula la queda de que el
musical es muy extenso. Todo depende de
la actitud del espectador.


Lo
excesivo
Si
una recomendación debe hacerse a la producción de este tipo de montajes, es
cuidar la extensión, afinar el poder de síntesis de las adaptaciones para,
independientemente de la belleza y el drama tan bien llevado, no exceda el
límite aconsejable de tiempo. Hora y media como promedio de duración, es
suficiente
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