Símbolo
universal de la Navidad, esta versión dominicana plasma de la mejor forma
fascinante encanto al ser la más universal, tierna y cuidada versión vista en
el país
José
Rafael Sosa
¿Qué
hace clásico a un clásico?
La
pregunta ha sido formulada más de una vez por el público espectador, por agudos cronistas de arte y
por irascibles críticos de la escena, para llegar a una sola respuesta: la obra
que resiste el tiempo y la circunstancia debido a la fortaleza de los talentos
infinitos responsables de su realización.
Ese
y no otro es el origen de un clásico, tal cual resulta ser Cascanueces, el
ballet sinónimo de la Navidad y junto a El Lago de los Cisnes, el ballet más
representado del mundo, dada la excelencia de quienes lo produjeron, justo lo
que ocurre con la versión de Cascanueces estrenada anoche en Teatro Nacional, esfuerzo
de cuatro compañías de teatro y objeto de una singularmente cuidada producción,
al punto que su representación se
transforma en uno de los acontecimientos cruciales del ballet en los escenarios
locales, precisamente cuando el año
estaba entregando sus últimos días y recogiendo sus recuerdos de final de ruta.
Lo
que se ha logrado con este proyecto en el Teatro Nacional (en cuya sala
principal se repite mañana sábado y el domingo, desde las cinco de la tarde) es dar dignidad a un proyecto que
fue pedido en 1890 por el director por el director de los Teatros Imperiales Rusos, Iván Vsévolozhsky en 1891 con música compuesta por Piotr Ilich
Chaikovski entre 1891 y 1892 con coreografía original la
coreografía creada por Marius Petipa y Lev Ivanov
y la historia escrita por Iván Vsévolozhsky y Petipa, apoyándose a su
vez en la adaptación de Alejandro Dumas del cuento El cascanueces y el rey de los ratones, de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann.
Talento y pasión
Lo
que logra el conjunto de artistas y técnicos, bajo la orientación de la
profesora Catana Pérez es un montaje exquisito, cuidado en sus aspectos
cruciales, dejando que nos invada una
sensación de buen gusto, de arte hecho con sentido universal y de validez
técnica en escenografía, vestuario y diseño de luces.
Hay
buen gusto y sentido de trascendencia desde el programa de mano, (el más sobrio
y documentado que hemos visto), las actuaciones de las figuras de las compañías
Ballet Concierto (Carlos Veitía),Ballet Nacional Dominicano (Armando González),
Escuela Nacional de la Danza (Endanza/Marianele Sallent) y el Ballet Nacional
de Sobre (Uruguay), dirigido por el maestro argentino Julio Bocca (Jennifer
Ulloa); una escenografía de ensueño con capacidad para sumar los ambientes y lograr hacerlos ensoñadores y creíbles
(Fidel López); el diseño de luces de B. Miranda...todo para sumar brillo a un
acontecimiento emblemático de la navidad.
Los
bailarines solistas Maikel Acosta, Valeria Melogno, Narciso Medina, Jennifer
Ulloa y Marcos Rodríguez, evidencian cómo ha valido el esfuerzo de cada jornada
ensayando y entrenando para transformar sus cuerpos en instrumentos de poesía
en movimiento y expresa en el universo de sensaciones, tan alto e indefinible.
Las
coreografías en masa, apuntan una perfección y uniformidad que colindan con la
magia. Los niños y niñas ofrecen un sello de candor y una calidez digna de no
ser olvidada jamás.
Vestuarios
del justo diseño, una escenografía de López que en logra ser marco de ilusión y
fantasía.
Su
historia
El Cascanueces se puede ver hoy es la más
genial combinación de Toy Story y Alicia en el país de las Maravillas, con la
única diferencia que el ballet fue estrenado, el 18 de diciembre de 1892 en el Teatro
Mariiski, de San Petersburgo, inicial e increíblemente con poca acogida de
crítica y público hasta años más tarde, en 1927, en Hungría, cuando la gente
tuvo el buen sentido de comprender su trascendencia.
Posteriormente, en 1940, Walt Disney lo llevó a la imaginería
popular cuando tomó su banda sonora para producir un animado, Fantasía, que
igualmente se transformó en un clásico del cine y le otorgó a este Ballet el
derecho de picaporte al gusto general
A la gente le gustó
la película y comenzaron a interesarse por el ballet. El interés creció cuando
el montaje de El cascanueces de George Balanchine fue
televisado a finales de 1950.
Los
apoyos
El
proyecto Cascanueces, fue patrocinado por: Banco Central, Banrservas, Fundación
Corripio (Diamante); Propa-gas, Fundación Propa-gas, Club de Lectores del
Listín Diario; Banco Popular, Indotel, Obras Públicas, Grupo Mejía Alcalá,
Fundación Amigos del TN, CERTV, Color Visión (Oro); Claro, Fundación por la
Danza y Scotiabank (Plata); Central Romana, United Brands y Seguros Universal
(Bronce).
No hay comentarios:
Publicar un comentario