La obra
fue presentada con éxito en su primera fecha en el Teatro Nacional Eduardo
Brito

Una noche llena de
esplendor fue lo que recibieron los presentes con esta pieza universal, que en
casi dos horas de duración fueron trasladados a este cuento que recrea los
sueños de una niña, que por gracias a la magia de su padrino le cumple el deseo
de bailar con un caballero y luego se convierte en un hada de azúcar.
Sin dudas que todos el
público amante de la danza disfrutó al máximo, a juzgar por la lluvia de
aplausos que conforme se desarrollada la obra aumentaba, e iban haciendo
aparición a ritmo de la Sinfonía de Tchaikosky bailarines de la talla de Lya
Gómez (Clara), Lisbell Piedra (Hada de Azucarada), Sander Robert (Cascanueces),
Yeri Peguero (Hada Azucarada) y Maikel Acosta (Caballero del Hada Azucarada).
Un nutrido y copioso
electo de danzarines de distintas edades enamoraron los corazones desde el
primer acto, donde se recrea la nochebuena en casa de la familia Silverhauss.
Aquí es imposible pasar por alto la participación de los muñecos Colombina y
Arlequín, así como también el Soldadito y el rey ratón con sus ratones.

Ya para el segundo
acto, se hace realidad el mundo de los dulces sueños y nuevamente las
caracterizaciones florecen con coreografías españolas, árabe, China, Rusa,
entre otras nacionalidades, donde cada una pone en evidencia sus destrezas
técnicas y virtuosismo sobre el escenario.
La producción cuenta,
además, con la participación de Lauren Kness y Henry Winslow del Portland
Ballet de Oregon; y del Ballet Studio de Doris Infante que hacen la danza del
mazapán y los buenos frutos. El vestuario es autoría de Adolfina Lluberes,
Patricia Huerta y Annery Parra; la escenografía, de Ángela Bernal; y las luces,
de Bienvenido Miranda.
Emotivo reconocimiento
Al final del
espectáculo se realizó un acto para despedir a la bailarina Lisbel Piedra,
quien durante 18 años se desempeñó como primera bailarina del Ballet Nacional,
la cual anunció su retiro de la escena para continuar como profesora. Carlos
Veitía resaltó la trayectoria de Piedra por su labor profesional y le entregó
un reconocimiento.
El público le tributó
un aplauso de pies mientras Lisbel Piedra expresó el agradecimiento al país
el el apoyo que siempre recibió y
exhortó a la juventud a seguir trabajando y a continuar fortaleciendo la danza
clásica en el país.
El Cascanueces junto a
sus invitados especiales como son el Ballet Nacional Dominicano, The Portland
Ballet y Ballet Studio, seguirá presentándose en el Teatro Nacional hasta el 18
de diciembre a partir de las 6:30 p.m. con un precio de RD$600 a RD$1,500 por
persona.
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